¿De dónde vienen los términos bursátiles “bull” y “bear” ?

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En los mercados financieros existen dos principales indicadores, estos
determinan las tendencias alcistas o bajistas; mejor conocidos como bull y bear
respectivamente.

El mercado bull (toro) se refiere cuando el mercado tiene tendencia alcista, es
decir, en la que los precios de los activos están subiendo o se espera que lo hagan
en el futuro. Por otro lado, bear (oso) se refiere a la tendencia bajista en el
mercado: los precios caen y las expectativas también son negativas. En general,
un mercado está a la baja cuando su precio desciende un 20% o más en un plazo
de, al menos, dos meses. Pero, ¿alguna vez te has preguntado la historia detrás de
estos términos?

 

 

Origen de los términos

Aún no hay una sola versión oficial de los orígenes de estos términos bursátiles,
aunque hay dos teorías muy populares. La primera establece que los términos
bear y bull provienen de cómo cada uno de estos animales atacan a sus
oponentes: el toro levantando sus cuernos y el oso dando un zarpazo hacia abajo
o intentando aplastar a su presa. Metafóricamente, estas acciones explican la
dirección de la tendencia del mercado.

La segunda teoría de los orígenes de bull y bear

También nos pareció fascinante la siguiente explicación etimológica .

El mercado bearish se nombró durante el siglo XVIII gracias a un proverbio en
el que se advertía que no era sabio “vender la piel de oso antes de cazar al oso”.
Pronto, la bearskin (piel de oso) se abrevió como bear (oso). Se le denominaba
bear a aquel especulador que vendía una acción prestada con una fecha de
entrega especificada en el futuro. Esto se realizaba con la expectativa de que los
precios de las acciones bajarían y las acciones podrían recuperarse al precio más
bajo, manteniendo la diferencia del precio de venta como ganancia. Este tipo de
venta fue utilizado por muchas personas involucradas en un escándalo de
principios del siglo XVIII en Inglaterra conocido como la South Sea Bubble.

South Sea Bubble recibe su nombre de South Sea Company, fundada en 1711 para
comerciar con las colonias españolas en el Nuevo Mundo. Pronto se convirtieron
en acciones altamente atractivas y en 1720, la compañía asumió la mayor parte
de la deuda nacional británica.

La compañía convenció a sus inversionistas a renunciar a las anualidades
estatales por acciones de la compañía, que se vendían con una prima muy alta.
Muchos de los especuladores vendían acciones que no les pertenecían, y cuando
el precio de las acciones se derrumbó repentinamente, resultó en un escándalo
para la compañía y una terrible pérdida para los inversionistas. El término de
mercado bear ya se había usado antes del escándalo, no obstante, a partir de este
suceso se popularizó.

Alrededor de la misma época, se le acuñó al mercado alcista como bull,
refriéndose a la adquisición especulativa en la expectativa de que los
precios de las acciones subirían. Se eligió un símbolo animal para
complementar a su antónimo, bear.

Sin importar sus orígenes, bull y bear se han colocado como símbolos
mundiales de los mercados financieros. Desde el toro que está en Wall
Street hasta el nombre de nuestra academia.

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